Se define como implante dental la sustitución por una prótesis fija de un diente que se ha perdido, de una parte de la dentadura o de la totalidad de la misma. Este tipo de prótesis están configuradas por tres partes: el implante propiamente dicho, que se inserta directamente sobre el hueso y hace las funciones de la raíz; el pilar, que sirve de unión entre el anterior y la corona del diente sustituido o la parte de la dentadura sustituida, que es la tercera pieza.
Los implantes se elaboran con titanio, un material que es biocompatible (que no es rechazado por el organismo), muy resistente y duradero; aunque recientemente se ha comenzado a utilizar también implantes de zirconio. Pero también tienen la característica de que se fusionan muy bien con el hueso siguiendo un proceso al que se denomina de osteointegración y por el que las células del hueso se adhieren a la superficie del implante, consolidando así de forma progresiva su fijación al maxilar.
Cómo se colocan un implante dental osteointegrado
La colocación de los implantes osteointegrados se realiza mediante cirugía y anestesia local, aunque pueden utilizarse otros tipos de sedación, dependiendo de las características de cada paciente. Aunque, generalmente se realiza en la consulta del odontólogo, puede ser necesario hacerlo en un hospital, especialmente si durante la intervención es necesario llevar a cabo, por ejemplo, un implante de hueso para colocarlo de forma adecuada.
La colocación de este tipo de prótesis dental se realiza en tres fases. En la primera se inserta el implante en el hueso maxilar, por debajo del nivel de la encía. Una vez que ha cicatrizado la herida deberá retirarse la parte de la encía que lo cubre para que el implante quede expuesto. En la segunda fase, que se realiza generalmente al cabo de 1-3 meses, se comprueba si se ha producido correctamente la osteointegración del implante y se procede a colocar el pilar para luego dejar que la encía cicatrice a su alrededor; pero debe protegerse de las fuerzas de masticación para que el implante finalice su consolidación y se facilite la cicatrización. La etapa final es la colocación de la prótesis.
En la actualidad, no obstante, es frecuente que se ofrezca realizar la colocación del implante en una única fase, aunque en realidad esto no es así, ya que únicamente se evita la segunda cirugía para dejar expuesto el implante, que en este caso consta de una prolongación que sobresale de la encía; pero hay que dejar pasar un mínimo de un mes para que se desarrolle la osteointegración y la encía cicatrice correctamente y luego poder colocar el pilar y la prótesis correspondiente.
Complicaciones de un implante dental osteointegrado
El porcentaje de éxito de los implantes osteointegrados se sitúa actualmente en torno al 97%, si bien es una técnica no exenta de complicaciones, como ocurre con cualquier otro procedimiento quirúrgico. En este caso pueden darse las siguientes situaciones:
- Hemorragia postquirúrgica.
- Infección en la zona del implante.
- Rechazo.
- Posicionamiento o alineación incorrecta del implante.
- Que el implante sobresalga por encima de las encías.
Por otra parte, también es importante señalar que el implante puede perderse debido a diferentes factores, entre los que destacan el tabaco, el uso de ciertos medicamentos o una retracción del hueso maxilar que puede producirse con el tiempo.
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