La periodoncia es la parte de la Odontología que se ocupa de la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades periodontales (gingivitis y periodontitis), es decir de aquéllas que afectan a las encías o periodonto, que es el tejido que sujeta los dientes. Por otra parte la endodoncia aborda el estudio de todo lo relativo a las enfermedades pulpares.
Así, también se denomina periodoncia al tratamiento, preventivo o terapéutico, de las enfermedades periodontales, como son la gingivitis y la periodontitis. Y abarca desde la realización de un curetaje para la eliminación de la placa bacteriana acumulada bajo la línea de la encía o en las bolsas periodontales, hasta la prevención y tratamiento de las enfermedades periimplantares (resultantes de las complicaciones que pueden surgir tras la colocación de un implante dental o prótesis fija).
La endodoncia, por su parte, implica el tratamiento de las enfermedades pulpares, causadas por una infección o un traumatismo dental, así como de la prevención de posibles complicaciones de las mismas. Para ello se accede al interior de la cavidad dental para eliminar la parte de la pulpa que ha resultado dañada y posteriormente se sella el punto de acceso y se procede a la restauración de la pieza dental.
No obstante es importante señalar que en ocasiones las enfermedades periodontales pueden causar una patología endodóntica y al revés: la enfermedad pulpar puede originar una afección periodontal. Además, ambas patologías dentales pueden coexistir siendo independiente la una de la otra. A estas situaciones se las conoce como lesiones endoperiodontales, para cuyo diagnóstico y tratamiento es esencial determinar el origen de la lesión.
Ello se debe a que existe una clara relación entre la pulpa de un diente y el tejido periodontal que lo rodea, ya que éste no sólo sostiene el dientes, sino que además a través suyo se nutren las raíces. Además, existe una comunicación entre el periodonto y la pulpa a través de los túmulos dentinarios y otros conductos que se encuentran en la dentina y las raíces de una pieza dental.
Así, cuando existe desde hace tiempo una enfermedad periodontal que no ha sido convenientemente tratada, la pulpa puede sufrir alteraciones de carácter degenerativo, como una reabsorción interna, un infarto pulpar o la aparición de calcificaciones.
En estos casos es importante utilizar todos los recursos diagnósticos disponibles para precisar la etiología de la lesión y para determinar cuál es el tratamiento más adecuado que puede ser únicamente una periodoncia o una endodoncia, o una combinación de ambas técnicas.