Las encías retraídas o retraimiento gingival no es solo un problema estético, sino que puede ocasionar graves problemas. Dependiendo de la causa, con el tiempo puede derivar en una pérdida del tejido conjuntivo que rodea el diente, e incluso del hueso en el que se inserta, de tal manera que este cobre movilidad y pueda llegar a perderse. Pese a ello, las encías retraídas continuan siendo uno de los problemas más frecuentes en materia de salud dental.
Causas de las encías retraídas
La enfermedad periodontal es la causa más importante de la retracción de las encías. En ella subyace siempre una higiene dental deficiente, que favorece la formación de placa bacteriana, aunque existen otros factores de predisposición para las encías retraídas que también son importantes.
El primer paso en el desarrollo de las encías retraídas es la inflamación de las encías en torno al diente (gingivitis) y la formación de cálculos, que para su eliminación requieren una limpieza dental profesional o un curetaje. Si no se trata adecuadamente esta afección puede derivar en una periodontitis, en la que se forma lo que se denomina bolsa periodontal y que puede llegar hasta la raíz del diente. El síntoma más evidente de esta infección es el sangrado de las encías, durante el cepillado.
Limpieza bucal y encías retríadas
Cuando esto sucede solo una limpieza profesional realizada por un higienista dental puede eliminar el sarro. Es por ello que se recomienda una limpieza de este tipo al menos una o dos veces al año, dependiendo de cada persona y de sus hábitos. Si no se cumple con esta recomendación hay una elevada probabilidad de que este tipo de placa bacteriana llegue a producir una gingivitis, que se manifiesta con la inflamación y enrojecimiento de las encías, que pueden sangrar con facilidad al cepillarse los dientes.
También hay que tener en cuenta que existe otros factores que pueden favorecer tanto la aparición de la gingivitis como de la periodontitis, como son el hábito de fumar, los cambios hormonales propios de la mujer, enfermedades como la diabetes y el uso de cualquier medicamento que reduzca la producción de saliva, esencial para controlar la cantidad de bacterias que se alojan en la boca. Además, también hay factores genéticos que hacen que unas personas sean más propensas que otras a desarrollar una enfermedad periodontal.