Los odontólogos llaman bolsa periodontal al hueco que aparece entre el diente y la encía de una persona afectada por una enfermedad periodontal (periodontitis). De hecho, las bolsas periodontales son el rasgo clínico más definitivo de esta enfermedad oral.
Cómo se forma una bolsa periodontal
Una bolsa periodontal es el resultado de la inflamación y destrucción paulatina de los tejidos que sostienen el diente (encías, ligamentos y tejido óseo de la mandíbula o el maxilar) a lo largo del surco que separa entre la pieza dental y el periodonto.
En los pacientes con problemas periodontales, la encía se retrae, dejando al descubierto parte de la raíz del diente. Una recesión gingival, en quienes tienen fundas o coronas de metal-cerámica, dejaba al descubierto la parte metálica, arruinando el aspecto de su sonrisa.
A medida que la enfermedad periodontal progresa y la infección de placa bacteriana destruye los tejidos de sostén, este surco gingival se va haciendo más ancho y profundo, formando lo que los dentistas llaman bolsas periodontales.
Tipos de bolsas periodontales
En la periodontitis grave, cuando la infección ya ha alcanzado el hueso, ya hay una destrucción total de los tejidos. En estos casos, partes de la raíz quedan completamente expuestas: lo que se lo que se conoce como recesión gingival o encías retraídas.
Llegado un punto, las bolsas periodontales de un paciente con este problema en su fase aguda puede ser causa de movilidad de las piezas dentales o incluso de su caída.
Tratamiento de las bolsas periodontales
El tratamiento más eficaz contra las bolsas periodontales son las limpiezas bucales y los raspados y alisados radiculares (curetajes), que eliminan las colonias bacterianas de la placa y el sarro que se acumulan debajo de las encías.
Los curetajes siempre se efectuan con anestesia local para limpiar en profundidad las bolsas periodontales.En función de la evolución que siga la enfermedad periodontal, pueden ser necesarios curetajes más frecuentes, con el fin de drenar las bolsas periodontales y mantener las encías del paciente en el mejor estado posible.
La enfermedad periodontal es un problema crónico, para el que no hay un tratamiento definitivo. Su control depende en buena medida de la participación e implicación del paciente, que debe acudir con regularidad a las visitas de control con su periodoncista y, sobre todo, comprometerse a mantener una óptima higiene oral en casa.