Se denomina sellador dental a una película delgada de material plástico que se aplica a las superficies masticatorias con el fin de evitar la formación de caries en personas que presentan un elevado riesgo de desarrollarlas. Desde esta perspectiva, la aplicación de esta técnica de carácter preventivo es especialmente útil en los molares y premolares, que destacan porque tienen una superficie muy irregular, con cavidades y fisuras, en la que se puede acumular con facilidad la placa bacteriana. Este material se adhiere al diente de tal modo que impide el acceso de las bacterias cariogénicas.
Su eficacia preventiva resulta evidente si se tiene en cuenta que el 80-90% de las caries de los dientes posteriores y el 45% de los temporales se forman en las fosas de la superficie dental y en las fisuras. La utilización de los sellados dentales reduce la incidencia de caries en 86% durante el primer año y un 58% en los tres siguientes. Aunque el material plástico es muy duradero –entre cinco y diez años, según las fuentes– esta diferencia implica la necesidad de que el odontólogo revise de forma periódica el sellado para comprobar su integridad funcional.
Estos datos hacen que el sellado dental esté especialmente indicado en los niños ya que en el momento en que salen los dientes permanentes éstos son más proclives a desarrollar una caries, ya que a edades tempranas no está indicado el uso de dentífricos con flúor y, además, los niños no han asumido completamente las técnicas de cepillado e higiene oral. No obstante, la aplicación de sellados dentales se puede realizar en personas de cualquier edad.
La técnica es sencilla y completamente indolora. En primer lugar debe llevarse a cabo una minuciosa limpieza del diente que se va a sellar con un agente limpiador que luego se elimina, tras lo que se procede a secar el diente y aplicar al mismo un gel especial que, al cabo de unos segundos, hace que la superficie del diente se torne áspera.
Después de una nueva limpieza y secado se extiende el sellador dental con un pincel y se deja secar hasta que endurezca. Los selladores han sido diseñados para que soporten con normalidad las fuerzas masticatorias, por lo que puede durar varios años. No obstante es conveniente que el odontólogo lo revise periódicamente para que vuelva a aplicarlo en el caso de que se haya deteriorado.
La indicación precisa de la necesidad de selladores dentales viene dada por un estudio previo en el que se determina que existe un riesgo elevado de caries. Incluso puede aplicarse cuando hay una lesión incipiente, después de haberla limpiado correctamente.