Hay determinados tipos de traumatismos que pueden causar la aparición de ampollas y ulceraciones en la mucosa oral, como consecuencia de un proceso de irritación e inflamación de la misma, a lo que se denomina estomatitis traumática, que afecta al 14,3% de la población mayor de 60 años, y en nuestro medio al 6,5% de la población mayor de 30 años.
Es algo frecuente, por ejemplo, que puedan aparecer por el continuo mordisqueo de la mucosa del interior de las mejillas, bien por una mala oclusión que hace que la punta de un diente roce continuamente, o por la existencia de una caries que ha generado un borde dental cortante. También un mordisco fortuito al comer puede causar este tipo de estomatitis.
Pero es especialmente frecuente en personas mayores, en las que confluyen diferentes circunstancias que favorecen su aparición: una salivación reducida (muchas veces por el uso de determinados medicamentos), la existencia de enfermedades sistémicas crónicas, el debilitamiento del sistema inmune y especialmente el uso de prótesis dentales removibles.
Otra causa común en la actualidad de la estomatitis traumática es la colocación de piercings en la lengua, un hecho cada vez más habitual entre los jóvenes. Por un lado, no es difícil que se produzca una infección que afecte directamente a la zona en la que se ha perforado la lengua, pero también el roce mecánico con diferentes partes de la mucosa oral, especialmente en el paladar, puede favorecer la aparición de las lesiones propias de esta patología: ampollas y ulceraciones dolorosas, además de traumatismos dentales, edemas y sangrado.
Prótesis dentales removibles
El factor predisponente más importante es el de las prótesis removibles, que se quitan durante la noche y se pueden desajustar por el retraimiento de las encías, pero también porque algunas de ellas generan un traumatismo por presión en la mucosa de las encías. Hay que tener en cuenta que el material con que se elabora la parte de la prótesis que está en contacto con la encía (un polimetilmetacrilato) es proclive a que sobre él se genere una matriz extracelular o biofilm por la acción del hongo cándida que, sin necesidad de llegar a ser un problema patológico, sí puede causar un desajuste en el encaje de la prótesis en la boca. En este punto, por tanto, cobra especial importancia tanto la higiene oral como la limpieza diaria de la prótesis con soluciones de clorhexidina o hipoclorito de sodio.