Son muchos los problemas relacionados con los dientes que se pueden presentar a lo largo de la vida en función de las características de cada persona, el tipo de alimentación, si fuma o no fuma, de condicionantes genéticos, de cómo desarrolla la higiene bucodental, si visita o no regularmente al odontólogo y de muchos otros factores. No obstante, cabe señalar que los cinco problemas dentales más frecuentes son los siguientes:
- maloclusión: origina la necesidad de realizar una ortodoncia para corregir la mala posición de los dientes hasta lograr su alineación correcta. Puede producirse por muchas causas, desde las de origen genético, un mal desarrollo de los dientes durante el embarazo, malos hábitos durante la niñez (como ponerse el dedo en la boca), etc.
- caries: es el problema dental más frecuente y puede producirse a cualquier edad, generalmente como consecuencia de una higiene bucodental deficiente, una alimentación rica en hidratos de carbono (azúcares), tabaquismo y no cumplir con las revisiones periódicas en el odontólogo. Pueden afectar a la parte superior de la corona de molares y premolares, el lateral de cualquier pieza dental, a la zona que está bajo la línea de las encías e incluso a la raíz. Generalmente el tratamiento es conservador, mediante la práctica de una endodoncia, pero puede ser necesaria la extracción de la pieza dental afectada.
- enfermedad periodontal: está originada habitualmente por una mala higiene dental, aunque hay otros factores que, como el tabaco, favorecen su aparición. Los síntomas iniciales suelen ser inflamación y enrojecimiento de la encía, así como sangrado y dolor al cepillarse. En este caso se trata de una gingivitis y es reversible con si se sigue el tratamiento indicado por el odontólogo. Sin embargo, puede progresar y transformarse en una periodontitis, lo que conlleva el retraimiento de las encías y la pérdida de los tejidos de soporte de los dientes, lo que puede hacer que estos puedan moverse. Tiene tratamiento, pero el tejido periodontal que se ha perdido no se recupera y la enfermedad puede hacerse crónica y requerir incluso la cirugía. Ambas enfermedades periodontales podrían evitarse con una buena higiene dental y una limpieza de boca realizada por un profesional una o dos veces al año, además de un curetaje para eliminar la formación de sarro por debajo de la línea de la encía.
- halitosis: puede producirla una mala higiene bucodental y en el 10% de los casos está asociada a otras patologías dentales, como la periodontitis. Su tratamiento es la eliminación del sarro y la placa bacteriana acumulada mediante una limpieza de boca y, si es preciso un curetaje.
- bruxismo: suele estar causado por el estrés y en ocasiones por factores genéticos. Su síntoma más claro es el rechinar de dientes, habitualmente mientras se duerme, produce desgaste dental y dolores de cabeza, mandíbula o cuello. Se trata con la colocación de una férula que separe ambas arcadas dentales mientras se duerme.