La ortodoncia estética es idéntica que la tradicional pero con aros y brackets de materiales diferentes que, a diferencia de los de metal, son muy poco visibles y resultan altamente discretos, por lo que no generan el problema visual propio de los convencionales. Hay que señalar que las técnicas de ortodoncia invisible y transparente, aunque ofrecen un resultado estético muy superior a este otro tipo de aparatos no pueden ser consideradas como ortodoncia estética.
Los aparatos estéticos son un poco más caros que los de metal, dependiendo de los materiales elegidos, pero tienen la misma eficacia y son muy recomendables para adolescentes, jóvenes y adultos en los que la preocupación por la imagen es un factor importante a la hora de decidirse a seguir este tipo de tratamientos.
En este caso los arcos son de metal, pudiéndose utilizar diferentes aleaciones (acero, níquel, titanio), así como distintos grosores y tipos de sección. Además están recubiertos de un material blanco para que no sean tan visibles como si ofrecieran el aspecto del metal. Además, tienen la ventaja de que se reduce significativamente la posibilidad de desarrollar una reacción alérgica a los metales, especialmente a las aleaciones que contienen níquel.
Por otra parte, en la ortodoncia estética se pueden utilizar diferentes tipos de materiales para la fabricación de los brackets, cada uno de ellos con sus características propias:
- Polisulfona: es un compuesto plástico que permite reducir la fricción del aparato ortodóncico con la superficie dental y por tanto el desgaste que puede sufrir el desgaste del esmalte.
- Cerámica: tienen el mismo color del diente y son muy resistentes.
- Circonio: son más duros y resistentes que los anteriores y estéticamente similares.
- Zafiro: se caracteriza por ser completamente transparente y tener una gran dureza, además de no decolorarse o teñirse con los pigmentos de los alimentos, como sucede en los otros tipos. Por ello las ortodoncias realizadas con este material están consideradas como las más estéticas.