La ortodoncia lingual, a la que hace tiempo se conocía con el término de incógnito, es el único tratamiento ortodóncico al que se puede calificar de invisible, ya que el aparato, constituido por aros y brackets metálicos no puede verse desde el exterior, al estar colocado en la cara posterior de la arcada dental, es decir, en la más próxima a la lengua, de ahí su denominación. De este modo, la superficie exterior de los dientes queda completamente a la vista, ofreciendo una apariencia de normalidad.
Este tipo de ortodoncia es una buena opción para aquéllos jóvenes y adultos que son reacios a someterse a una ortodoncia por cuestiones meramente estéticas, al considerar que los aparatos tradicionales, los que se colocan en la cara frontal de los dientes y son visibles para cualquier personas les afea la imagen, y les puede afectar en sus relaciones sociales y su actividad profesional.
Hay que decir, por otra parte, que además de la cuestión estética las ventajas de la ortoconcia sin brackets sobre la tradicional son:
- Resuelve los mismos tipos de alteraciones oclusivas y de alineación dental.
- La duración del tratamiento puede es en general ligeramente inferior.
- No daña el esmalte de la cara visible de los dientes, ya sea por descalcificación producida por la presión de los brackets o por la aparición de manchas.
- Hace que la higiene dental sea más sencilla.
- Aumenta la secreción de saliva, lo que conlleva una acción de limpieza añadida, al tiempo que aumenta su actividad antibacteriana, obstaculizando la acumulación de placa bacteriana.
Lo más frecuente es que tanto los aros como los brackets se fabriquen a la medida de cada persona, aunque también se pueden utilizar aparatos cuyos componentes tiene una medida estándar. Esto aporta una mayor comodidad. Para ello, con la ayuda de un sistema informático y modelos en 3D se determina el plan de tratamiento y la posición en que deben quedar todos los dientes al finalizar el mismo para que la dentadura tenga una mordida perfecta y una óptima funcionalidad.
Al retirarse el aparato lingual se abre un periodo en el que debe asegurarse que los dientes no se vuelvan a desplazar y mantengan su alineación y función oclusiva. Para ello se utilizarán férulas u otro tipo de dispositivos, aunque siempre deberá mantenerse una dinámica de revisiones periódicas por parte del ortodoncista.