Dado que el esmalte es transparente, la composición de la dentina es la que determina el color de los dientes, lo que se denomina “croma”. Este color es amarillento y su intensidad depende del grosor y la calidad de la dentina. De hecho, no todos los dientes presentan el mismo color. Los caninos, por ejemplo, tienen una dentina más gruesa que el resto, por lo que suelen tener una coloración más oscura.
Asimismo el color no es uniforme en el mismo diente, siendo más claro en la parte incisal y más oscura en la que se ubica junto a la encía (cervical). Del mismo modo, los dientes de leche suelen ser más blanco al tener menos dentina.
Por el contrario, cuanto más liso y uniforme sea el esmalte, compuesto por cristales de hidroxiapatita, sustancia orgánica y agua, más luz reflejará y más brillo proporcionará al diente. Sin embargo el desgaste del esmalte, propio del uso y el paso del tiempo hace que el color de los dientes se oscurezca progresivamente, esencialmente porque en su composición pasa a predominar la materia orgánica sobre los cristales de hidroxiapatita.
Factores que pueden cambiar el color de los dientes
Pero el paso del tiempo establece variaciones del color de los dientes que tienden a oscurecerse y perder brillo en función de diferentes factores:
- Una mala higiene dental: no cabe duda de que contribuye a oscurecer el color y hacer que éste sea menos uniforme.
- Alimentación: muchos alimentos y bebidas, como ciertas frutas, algunas especias, el café, el té, etc. Contienen pigmentos y por tanto contribuyen a un cambio de coloración. También los que son abrasivos (ácidos) dañan el esmalte dental y hacen que los dientes pierdan brillo y se perciban con un color más oscuro.
- El hábito de fumar: el tabaco oscurece los dientes al depositarse sobre ellos la nicotina y los alquitranes.
- Flúor: el exceso de flúor produce el desgaste del esmalte y también la aparición de manchas blancas en la superficie dental, que son proporcionales a la dos excedente de este mineral.
- Dentífricos y colutorios con clorhexidina: el uso continuado de este tipo de productos acaba produciendo la aparición de manchas negras.
- Enfermedades sistémicas: son muchas las enfermedades que en mayor o menor medida alteran el dolor los dientes.
- Medicamentos: algunos de ellos inducen una tinción de los dientes por mecanismos químicos. Así, por ejemplo, se cree que los antibióticos lo hacen al unirse a minerales como el zinc, el níquel o el magnesio, entre otros.