Hay factores que influyen de forma determinante en la formación de caries a cualquier edad, como sucede con una deficiente higiene oral. Pero hay otros que dependen de la edad de cada persona y de sus hábitos de vida. Y ello da lugar a que la caries pueda afectar a diferentes partes del diente, dependiendo de estos factores. Teniendo esto en cuenta se diferencian distintos tipos de caries:
-
Caries de corona: son las más frecuentes, especialmente en los niños, y afectan a las partes del diente que realizan la función de masticación, es decir, la parte superior de la corona. Son las más fáciles de identificar por el cambio de coloración que se produce en ellas tras perder el esmalte.
- Caries interproximales o interdentales: se forman en los espacios interdentales y no son fáciles de detectar si no es en la consulta del odontólogo durante las revisiones periódicas. Es una de las zonas donde es más fácil que se acumule la placa bacteriana y los restos de alimentos, ocasionando la formación de sarro. El correcto uso del hilo dental o de bastoncillos para la limpieza interdental puede evitarlas.
-
Caries radicular: es una de las causas más importantes de pérdida de piezas dentales. La línea de las encías es otro de los lugares favorables para la acumulación de placa bacteriana y en la que pueden surgir caries si no se desarrolla una correcta higiene ora. Pero además hay que tener en cuenta que conforme aumenta la edad las encías empiezan a retraerse, pudiendo llegar a dejar expuesta parte de la raíz del diente, que carece de esmalte, por lo que la acción de las bacteria ataca directamente a la dentina. La enfermedad periodontal (gingivitis o periodontitis) es un factor de riesgo frente a este tipo de caries, ya que ocasiona el retraimiento de la encía.
- Caries recurrentes o secundarias: aparecen en torno a los bordes de los empastes o de coronas y fundas que se han colocado previamente para el tratamiento de una caries, ya que estas zonas son proclives para la acumulación de bacterias. La caries puede ser nueva o producirse porque han quedado restos de una caries anterior que no se ha tratado correctamente (mala obturación o insuficientemente excavada). Se origina al producirse una descalcificación a lo largo de la unión entre el diente original y la obturación previa, a través de la cual penetra el ácido producido por las bacterias al digerir los alimentos.