El hidróxido de calcio es un medicamento muy utilizado en tratamientos odontológicos conservadores, especialmente en el caso de las endodoncias, por su acción bactericida y antifúngica. Además, el hidróxido de calcio estimula la remineralización de la dentina y la cicatrización de los tejidos. Esta sustancia química también reduce el edema que se forma durante la intervención, permite sellar el sistema de conductos y disminuye la sensibilidad dental.
Para qué sirve el hidróxido de calcio
Tales propiedades hacen que el hidróxido de calcio sea imprescindible para la desinfección de los conductos radiculares, especialmente si son de difícil acceso, y para evitar la infección con es necesaria una segunda visita para completar un tratamiento endodóntico.
Con tal finalidad, el hidróxido cálcico se administra directamente en el interior de los conductos, lo que permite que llegue donde el instrumental del odontólogo no puede hacerlo, como es el caso de los conductos laterales, los túbulos dentinarios o los deltas apicales.
Sus especiales propiedades hacen que el hidróxido de calcio resulte muy útil en diferentes tratamientos de odontología, más aún si se tiene en cuenta la facilidad de manejo y aplicación:
- Para recubrir caries profundas sin que la pulpa llegue a estar expuesta o cuando por diferentes razones la pulpa aflore fuera del diente. En ambos casos este medicamento favorece la regeneración de la dentina.
• En la realización de pulpotomías (estracción de la pulpa enferma) favorece la formación de una barrera cálcica y la disolución del tejido pulpar..
• Al inyectarlo en los conductos permite limpiarlos perfectamente, ya que arrastra cualquier resto de tejido muerto que pueda haber en ellos.
• En el caso de que exista un exudado, provoca su gelificación del mismo y, como consecuencia una acción trombolítica.
• Reduce la sensibilidad de la pulpa, por lo que mejora la acción de la anestesia.
• Como agente antiinfeccioso en cualquier procedimiento odontológico que requiera dos o más consultas para ser completado.