Se estima que dos tercios de la población mundial tiene la bacteria Helicobacter pylori en su organismo. En los países occidentales esta proporción de personas infectadas se reduce al 25%, como consecuencia del continuo uso de antibióticos. Sin embargo, más del 70% de estas personas no llegan a desarrollar ningún tipo de síntoma o enfermedad asociada (estado latente).
La infección se adquiere al ingerir agua o alimentos contaminados, o el intercambio de saliva con una persona infectada. La presencia de esta bacteria en el organismo es tanto más frecuente con menores son las condiciones higiénicas.
La consecuencia más importante infección activa por Helicobacter pylori es el desarrollo de una úlcera péptica (de estómago).
Tratamiento de la Helicobacter pylori
Antes de descubrirse la relación directa entre la infección por Helicobacter pylori y la úlcera péptica era muy habitual que para el tratamiento de ésta se recurriera a la cirugía. Sin embargo, en la actualidad el tratamiento se basa en utilizar una combinación de dos o tres antibióticos para erradicar la bacteria del organismo y dejar que la úlcera sane por sí misma reduciendo las condiciones de acidez del estómago con el uso de antiácidos.
El problema ahora es que ya han surgido cepas de Helicobacter pylori que son resistentes a determinados antibióticos, por lo que a veces el tratamiento inicial no resulta efectivo y hay que cambiar a otras combinaciones de antibióticos.
Cáncer y Helicobacter pylori
Recientemente se ha relacionado la infección por Helicobacter pylori con el desarrollo de cáncer de estómago y el linfoma de MALT (linfoma de la mucosa asociada al tejido linfoide), aunque todavía no se haya podido demostrar la existencia de una relación causa-efecto.