Al margen de la exposición a los alérgenos, lo que en ocasiones resulta muy difícil o imposible, la inmunoterapia, también conocida como la vacuna de la alergia, es el único tratamiento posible para prevenir las consecuencias de esta enfermedad e incluso lograr que llegue a desaparecer. Por lo general este tipo de tratamiento sólo está indicado en los casos de alergias respiratorias causadas por la exposición al polen, ácaros, hongos, pelo de animal y veneno de himenópteros (abejas y avispas).
La inmunoterapia consiste en someter al paciente a una exposición gradual y creciente al alérgeno que causa su enfermedad, hasta alcanzar una dosis máxima. El alergólogo es el único especialista cualificado para determinar el tratamiento más adecuado para cada paciente, pues es necesario determinar de manera individualizada tanto la composición de la vacuna como la pauta de administración.
La administración de la inmunoterapia puede realizarse por vía subcutánea o sublingual, pero en cualquiera de los casos el tratamiento tiene una primera fase de iniciación, en la que se aumenta de forma progresiva la dosis; y otra de mantenimiento con la dosis máxima administrada regularmente por un periodo de tres a cinco años. En algunos casos de alergia a pólenes la vacuna se interrumpe cada año para volver a reintroducirla el año siguiente, transcurrido el periodo de polinización.
La administración de extractos alergénicos por vía subcutánea no está totalmente exenta de riesgos, como ocurre con otros medicamentos. Por ello debe realizarse en un centro sanitario con capacidad para tratar posibles reacciones. Tras la inyección del extracto el paciente debe permanecer en el centro durante al menos 30 minutos, sin realizar ejercicio físico violento ni tomar baños con agua caliente o saunas en las tres horas siguientes a la aplicación. Las pautas que no sean convencionales se deben administrar en una unidad de inmunoterapia.
Dada la seguridad del tratamiento sublingual, en la actualidad algunos preparados permiten comenzar directamente con la dosis de mantenimiento. Estos extractos pueden ser administrados en el domicilio del paciente.