Se estima que entre el 25-30% de las personas son alérgicas al polen de una o varias plantas (polinosis). Pero lo más importante es que en la mayoría de los casos este tipo de alergia comienza a manifestarse antes de los 20 años de edad, en general con los síntomas más frecuentes:
- Estornudos.
- Rinitis.
- Conjuntivitis.
-
Episodios de asma.
También hay que tener en cuenta que la predisposición a padecer una alergia al polen es heredable, por lo que la vigilancia de los padres para identificar los posibles síntomas en sus hijos permitirá su diagnóstico de forma muy temprana. Sin embargo, no se puede predecir cuando comenzará a manifestarse.
Cuando coinciden con la primavera y en algunos casos el otoño, estos síntomas deben inducir la sospecha de que se está produciendo una alergia al polen, por lo que se deberá solicitar primero una consulta con el médico de familia para realizar la confirmación del diagnóstico, y posteriormente con el alergólogo, con el fin de que se realicen las correspondientes pruebas de sensibilización que permitan identificar a qué tipos de polen se es alérgico.
Los tipos de polen que con mayor frecuencia generan polinosis son:
- Ciertas gramíneas: centeno, trigo o cebada y otras salvajes, como las que crecen al borde de las carreteras).
- Árboles (plátano, olivo, ciprés, tuja, palmeras, etc.)
-
Algunos arbustos y hierbas (artemisa).
También hay que tener en cuenta que en no pocas ocasiones la alergia al polen se asocia a otros tipos de alergia como a los ácaros, ciertas frutas o vegetales, al látex, etc. Por ello, las pruebas de sensibilización no se limitarán a los pólenes.
Cabe pensar que la mejor manera de prevenir los brotes alérgicos es evitar entrar en contacto con el polen. Y, sí; es cierto, pero prácticamente imposible de realizar, ya que la polinización implica que el polen está en el aire y es trasladado por el viento, por lo que en primavera, y también en otras estaciones del año, las concentraciones de polen llegan a ser en algunos momentos muy elevadas, especialmente en el momento del amanecer y durante el atardecer.
No obstante, se pueden adoptar ciertas medidas que permitan minimizar el contacto con el polen, como:
- Mantener las ventanas de casa cerradas.
- Utilizar filtros contra el polen en aspiradores, aires acondicionados y climatizadores del coche.
- No tender la ropa al aire libre.
- Evitar caminar por parques y jardines.
- Utilizar gafas de sol para proteger los ojos, etc.
Todo ello reducirá las posibilidades de que se produzcan síntomas de reacciones alérgicas (rinitis o conjuntivitis), pero no las eliminará y antes o después se producirá.