El 5-10% de las mujeres gestantes presenta infección de orina, siendo la causa de ingreso hospitalario de las embarazadas, pues las complicaciones, aun cuando no se presentan síntomas, pueden ser importantes: desarrollar una pielonefritis (infección renal), que el parto pueda ser prematuro y que el neonato presente bajo peso al nacer.
infección de orina
- Haber tenido con anterioridad infecciones urinarias de repetición.
- Haber sufrido piedras en el riñón.
- Haber tenido hijos con anterioridad.
- Presentar diabetes tipo 2.
- Tener malformaciones uroginecológicas.
- Sufrir enfermedades neurológicas que afectan a la micción.
Además, los cambios fisiológicos propios del embarazo incrementan aún más el riesgo de sufrir infección de orina.
La causa más frecuente de las infecciones de orina durante la gestación, aproximadamente en un 85% de los casos, es la proliferación de la bacteria Escherichia coli, aunque también pueden deberse a otros microorganismos: enterococos, estafilicocos, etc.
Tipos de infecciones de orina en el embarazo
En el caso del embarazo existe un factor que hace recomendable la realización de un cultivo de orina sistemático en el transcurso del primer trimestre. Se trata de la posible existencia de lo que se denomina una bacteriuria asintomática, que se produce en el 2-10% de las embarazadas y que se caracteriza por una importante colonización bacteriana de la orina sin que ello suponga la existencia de los síntomas habituales de la infección de orina.
Se ha podido constatar con la experiencia clínica es que el 25% de estas mujeres, en el caso de no ser tratadas con antibióticos pueden desarrollar una pielonefritis aguda, es decir, una infección que afecte al riñón y cuyas complicaciones pueden ser graves, entre ellas la de desarrollar una insuficiencia renal. Este riesgo es aun más importante si la infección está producida por la bacteria Streptococo Agalactiae, que se asocia a un mayor riesgo de una inflamación de las membranas (placenta y corion) y sepsis neonatal precoz, dos cuadros clínicos muy graves que pueden comprometer la vida de la madre y el feto.
La cistitis aguda, por otra parte, se produce en un 1,5% de las gestantes y sus síntomas más habituales son:
- Una micción frecuente, a veces dolorosa y generalmente con sensación de urgencia.
- Problemas para vaciar vejiga.
- Ocasionalmente fiebre y dolor en la zona superior del pubis o en la lumbar.
La pielonefritis aguda afecta al 1-2% de las mujeres embarazadas y con mayor frecuencia se produce en el segundo o tercer trimestre. Puede afectar a uno o los dos riñones y se manifiesta con fiebre, náuseas, vómitos y dolor en los costados y la espalda, pero lo habitual es que no se tengan los síntomas habituales de la cistitis. En algunos casos puede requerir la hospitalización de la paciente si el tratamiento ambulatorio ha fracasado en los tres primeros días, supera los 38º de fiebre, está deshidratada, ya ha tenido una pielonefritis previa, existe una amenaza de parto prematuro o se ha producido un cuadro de sepsis.
Tratamiento de la infección de orina en el embarazo
En términos generales el tratamiento de la infección de orina es siempre antibiótico, atendiendo al microorganismo causante de la infección. Puede ser necesaria la realización de un antibiograma si la pacientes es alérgica a algún tipo de antibióticos o ha desarrollado resistencia a los mismos.
Si se producen dos o más infecciones de orina durante el embarazo (infección recurrente), cabe la posibilidad de que el médico recomiende mantener un tratamiento antibiótico con carácter preventivo durante el resto del embarazo e incluso una semanas después del parto.