El tratamiento de la bursitis dependerá de cuál sea la articulación afectada, su origen, las características del paciente y de la evolución de la lesión. En términos generales puede decirse se define en los siguientes términos:
- Aplicación de hielo sobre la articulación afectada tres o cuatro veces diarias durante los primeros días.
- Compresión de la articulación.
- No acostarse poniendo el peso sobre la articulación afectada.
- Toma de antiinflamatorios.
- Evitar sobreesfuerzos y en lo posible el uso de la articulación.
- Fisioterapia para evitar la atrofia muscular y mantener la movilidad de la articulación, aumentándola en la medida en que el dolor va desapareciendo. Se harán ejercicios en casa siguiendo las indicaciones del fisioterapeuta.
- En ocasiones puede ser necesario la realización de infiltraciones con corticoesteroides.
- También puede ser necesaria la extracción mediante punción del exceso de líquido contenido en la bursa.
Si la bursitis afecta a cualquiera de las articulaciones de las piernas (cadera, rodilla o tobillo) es necesario adoptar una serie de precauciones adicionales:
- Evitar estar de pie demasiado tiempo.
- Cuando se esta de pie, hay que equilibrar el peso del cuerpo sobre ambas piernas.
- Mantener las piernas en alto cuando ello sea posible.
- Acostarse manteniendo una almohada entre ambas piernas.
- Si se es obeso, habrá que perder peso.
- Utilizar un calzado plano, cómodo y acolchado.
Las bursitis causadas por otras patologías deben contemplar también el tratamiento de las mismas. Y en este sentido cabe hacer una mención especial a aquéllas que tienen su origen en procesos infecciosos, ya que el tratamiento debe completarse con la toma de antibióticos. En estos casos es posible que se requiera la extracción del líquido de la bursa en varias ocasiones, llegándose a la opción final de recurrir a la cirugía para extraer la bursa si se mantiene la infección.
En el caso de que la causa no se pueda corregir mediante el adecuado tratamiento, la bursitis puede cronificarse al producirse episodios repetitivos.
Prevención
Cuando se ha tenido una bursitis, especialmente en el caso de que la causa sea mecánica o traumática es importante adoptar una serie de medidas preventivas para evitar que se reproduzca:
- Evitar los movimientos repetitivos que la han causado.
- En caso de que se deba a una práctica deportiva o profesional, será importante utilizar protectores en la articulación afectada.
- Corregir el gesto físico que la causa.
- Evitar la postura inadecuada que la genera por presión continuada.
- Utilizar un calzado adecuado si la bursitis es en el tobillo.
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Adelgazar si se tiene sobrepeso y la lesión se produce en alguna de las articulaciones de las piernas.