La bursitis de cadera se produce ante la inflamación de cualquiera de las dos bursas que se ubican en esta articulación: el trocanter mayor (bursitis trocantérea), que recubre la cabeza del fémur, y el psoas-ilíaco, situada en la parte interna de la articulación (en la región inguinal). Lo más habitual es que la bursitis afecte al trocanter mayor.
Las bursitis de cadera pueden ser agudas, si aparecen en cuestión de horas o días, o crónicas, si se repiten los episodios agudos o se produce una lesión de cadera. En este caso los episodios pueden durar varias semanas. Con el tiempo la bursa se puede endurecer, lo que ocasionará que los episodios de bursitis sean más prolongados, limiten la movilidad de la articulación y, como consecuencia, se produzca una atrofia muscular.
Síntomas
Los síntomas característicos de la bursitis de cadera son los siguientes:
- dolor: en los primeros días suele ser agudo y luego se hace progresivamente más sordo y molesto. Es habitual sentirlo al levantarse de una silla o de la cama, si se duerme apoyando el cuerpo sobre el lado de la articulación afectada o si se permanece sentado durante un tiempo prolongado. Afecta a la articulación per sé, pero también es posible que se note al presionar sobre la piel
- inflamación
- sensación de calor en la zona de la articulación.
Causas
Las causas de la bursitis de cadera pueden ser mecánicas o patológicas:
- estrés de la articulación producido por movimientos reiterados o posturas inadecuadas continuadas (presión sobre la articulación)
- lesiones de cadera
- escoliosis de la columna vertebral
- desarrollo de espolones sobre los huesos de la articulación
- diferencia en la longitud de ambas piernas
- artritis reumatoide
- gota
- diabetes
- infecciones bacterianas, frecuentemente por estafilococos.
Tratamiento
El tratamiento de la bursitis de cadera contempla diferentes aspectos, algunos de los cuáles dependerán de cómo evolucione o si se trata de una bursitis crónica:
- en tanto el dolor se mantenga en su fase aguda, se debrá mantener la cadera en reposo el mayor tiempo posible
- para el dolor y la inflamación se utilizarán antiinflamtorios no esteroideos (AINE)
- los primeros días es recomendable aplicar frío sobre la articulación en sesione de 10-15 minutos, tres o cuatro veces al día
- una vez que el dolor empiece a mitigarse se podrá iniciar a mover la articulación o, llegado el caso, un tratamiento de fisioterapia
- si a pesar del tratamiento se mantiene la bursitis, se pueden realizar infiltraciones con corticoesteroides
- la cirugía es la última opción cuando han fallado todos los tratamientos anteriores y se realiza para extraer la bursa.
Prevención
Otra parte importante del tratamiento de la bursitis de cadera es la prevención de nuevos episodios:
- evitar el estrés de la cadera por uso excesivo
- no realizar aquellas actividades que puedan resultar difíciles o causar dolor
- corregir las malas posturas (por ejemplo, evitar dormir sobre el lado de la articulación afectada)
- evitar la atrofia muscular mediante la realización de ejercicios específicos
- calentar convenientemente los músculos antes de realizar cualquier tipo de ejercicio
- adelgazar si se tiene sobrepeso
- utilizar un calzado plano, acolchado y cómodo.