El síndrome de fricción de la banda iliotibial es una lesión muy frecuente en corredores de fondo y ciclistas que origina un fuerte dolor en la parte lateral de la rodilla y se produce por la continua fricción al flexionar y estirar la pierna de la banda iliotibial –que va desde la cadera a la parte posterior de la rodilla, recorriendo el muslo por su parte exterior– con el epicóndilo externo del fémur, causando su irritación y posterior inflamación. También se lo conoce como rodilla del corredor o cintilla iliotibial.
La lesión empieza a manifestarse forma progresiva, apareciendo el dolor después de estar corriendo 15 minutos, sin mejorar con el tiempo de recorrido, ocasionando el final del entrenamiento, pues desaparece en reposo. el dolor se intensifica cuando se corre cuesta abajo y ritmo lento, ya que aumenta la fricción de la banda sobre el epicóndilo.
No obstante, en la medida en que se agrava, el dolor aparece de forma más temprana y se intensifica, localizándose en el lateral de la rodilla, en la unión del fémur y la tibia. En ocasiones, el dolor se mantiene en reposo, pero ello puede ser un signo de que existe una lesión asociada, como la rotura de menisco lateral, una lesión del cartílago o una contusión en el cóndilo del fémur.
Factores de riesgo
Hay corredores, ciclistas y otros deportistas que pueden tener una mayor propensión a sufrir el síndrome de fricción de la banda iliotibial:
- Que la banda iliotibial sea más corta de lo normal, lo que hace que se encuentre excesivamente tensa, facilitando la fricción.
- Que el epicóndilo lateral del fémur sea muy prominente.
- Que las piernas estén arqueadas o los pies presenten pronación.
- Correr sobre superficies duras o irregulares con subidas y bajadas.
- Entrenar más de lo debido o de forma inadecuada.
- No realizar correctamente los ejercicios de calentamiento antes de iniciar la práctica deportiva.
- Utilizar un calzado inadecuado o deteriorado.
- La existencia de un desequilibrio muscular en la pierna a causa de una técnica de entrenamiento poco adecuada.
Tratamiento del síndrome de fricción de la banda iliotibial
Aunque es sencillo establecer un diagnóstico de síndrome de fricción de la banda iliotibial mediante la simple exploración física, puede ser conveniente descartar otras posibles lesiones que puedan causar una sintomatología similar. También habrá que realizar una exploración de los pies para detectar una eventual pronación o falta de simetría de los mismos, pues ello pude estar en la raíz de la lesión. En tal caso, habrá que valorar la necesidad de utilizar plantillas para corregir esta anomalía.
Sin embargo, en lo que respecta al tratamiento, éste es más efectivo cuanto antes se inicia. Por supuesto, la primera medida es el cese de la actividad deportiva que provoca la lesión, aunque puede mantenerse un trabajo de musculación sobre la pierna (fisioterapia). La aplicación de frío sobre el lateral de la rodilla y el uso de antiinflamatorios constituyen la parte básica del tratamiento, si bien puede llegar a ser necesario practicar una infiltración de corticoesteroides.
No hay que reiniciar la práctica deportiva hasta que el dolor no haya cesado completamente y la recuperación sea completa. Además hay que empezar a entrenar lenta y gradualmente, introduciendo progresivamente intervalos de carrera a ritmos altos, pero siempre en superficie lisa. Poco a poco se alcanzará el rendimiento necesario para recorridos largos sobre superficies irregulares.
Este tratamiento, iniciado a tiempo y seguido con regularidad es generalmente suficiente para resolver el síndrome de fricción de la banda iliotibial, pero en algunos casos puede ser necesaria una intervención quirúrgica, en cuyo caso la recuperación total se puede alcanzar al cabo de dos meses.