Residencia de lo mejor que he conocido, con sus fallos , como personas humanas que son los profesionales que trabajan allí.
El trato a sus residentes es inmejorable, a pesar de que no lo han tenido fácil nunca porque siempre han tenido muchas piedras en el camino.
Yo la recomiendo, volvería a tener allí con toda la confianza del mundo a alguien de mi familia!!
Destacar el trato sobrehumano con el que las gerocultoras tratan a sus abuelos, porque así los llaman.
Mucho ánimo y a seguir creciendo.