El diagnóstico del síndrome de la boca ardiente es determinante a la hora de establecer el tratamiento más adecuado, ya que éste dependerá siempre de cuál sea la causa. Hay que tener en cuenta que el origen de este tipo de trastorno puede estar en problemas mecánicos, fisiopatológicos, de hábitos de vida e incluso psicológicos. Además los síntomas pueden variar de un caso a otro y en ocasiones no se aprecian lesiones visibles en el interior de la boca, sea en la lengua o en las mucosas.
A veces el diagnóstico es sencillo, especialmente cuando se trata de problemas dentales (un diente puntiagudo, una prótesis mal ajustada, la evidencia visual de una infección fúngica, etc. Otras, la labor se verá facilitada en parte por la exploración del paciente para detectar otros síntomas asociados y la realización de una anamnesis adecuada, como sucede en el caso de una anemia ante la palidez de la piel, el tabaquismo, la existencia de alergia alimentaria, estrés psicológico, efectos adversos de medicamentos u otros tratamientos en curso (radioterapia), etc.
Si a pesar de ello no se llega a un diagnóstico concluyente, será necesario someter al paciente a diferentes pruebas. Lo más inmediato es encargar una analítica de sangre para detectar posibles infecciones orales (bacterianas, víricas o causadas por hongos), indagar sobre la existencia de una diabetes tipo 2 o confirmar la presencia de una anemia ferropénica o por deficiencia de vitamina B12, etc.
También pueden ser necesarias pruebas diagnósticas más complejas, por ejemplo, para detectar posibles patologías de las glándulas salivales (formación de cálculos, quistes o tumores, además de infecciones). Sin embargo, en ocasiones no se llega a determinar la causa del síndrome de la boca ardiente, en cuyo caso el diagnóstico se ciñe al término de estomatodinia, lo que equivale a considerar que la sintomatología de picor, ardor, escozor inflamación o enrojecimiento de la lengua o las mucosas no están asociados a otras patologías y se está ante un cuadro clínico independiente.
Tratamiento del síndrome de la boca ardiente
Cuando los síntomas se asocian a problemas odontológicos (mecánicos) o enfermedades específicas podrán llegarse a controlar con el tratamiento específico para esa enfermedad. En otros casos, como el tabaquismo o la alergia alimentaria bastará con dejar de fumar o evitar el alérgeno causante de las molestias. También habrá que valorar el cambio de medicación ante la sospecha que los síntomas se deban a un efecto adverso del fármaco utilizado.
Sea como fuere, hay que ser conscientes de que en muchos casos la eliminación de los síntomas del síndrome de la boca ardiente puede requerir tiempo y paciencia.
Cuando la causa de la quemazón en la lengua son problemas psicológicos, el tratamiento es complicado, requiere mucho tiempo, paciencia y la colaboración del afectado. En ocasiones, sobre todo si se añaden molestias psíquicas y corporales, puede ser útil recurrir al tratamiento psicológico o psiquiátrico.