El sellado de fisuras es un procedimiento que se realiza con fines preventivos, especialmente en niños que presentan un alto riesgo de caries por diferentes causas: estar inmunosuprimidos, padecer patologías del tipo de cardiopatías o nefropatías, presentar minusvalías físicas o mentales, que presentan caries, bien en los dientes temporales o en los primeros molares definitivos.
El objetivo del sellado de fisuras es evitar que se puedan producir caries. Hay que tener en cuenta que el 80-90% de todas las caries de los dientes posteriores aparecen en fosas y fisuras. Y lo mismo ocurre con el 45% de los dientes anteriores. Para ello, después de una meticulosa limpieza del diente, las fisuras y las fosas se recubren con un material (resina o ionómeros de vidrio) que actuará de barrera frente a las bacterias que causan las caries.
Sin embargo, no se trata de una solución definitiva, pues la eficacia preventiva del sellado de fisuras dependerá en gran medida de la retención a largo plazo del mismo. Es por esta razón que debe realizarse un seguimiento periódico del paciente para comprobar su estabilidad y, en caso de que sea necesario, renovar el sellado.
El sellado de fisuras debe realizarse sólo después de una evaluación del riesgo de caries por parte del odontólogo y nunca en dientes que están erupcionando, sino que habrá que esperar a que estén completamente fuera para realizarlo. Finalmente, hay que considerar este procedimiento debe complementarse con otras medidas, como son una adecuada higiene oral, un control de la dieta y aplicación de flúor.