La artroscopia es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que se practica para la reparación de lesiones que se han producido en las articulaciones, mediante la realización de dos o tres pequeños cortes en la piel, a través de los cuales se introducen una cámara para obtener una visión directa del campo de intervención y el instrumental quirúrgico necesario.
Al inicio se insufla al interior de la rodilla una solución salina con el fin de dar volumen a la misma y facilitar así la manipulación con los instrumentos que se utilizan hasta finalizar la intervención, momento en que se retira todo el líquido. Se puede llevar a cabo mediante anestesia local, raquídea o total, dependiendo del tipo de intervención y de las características de cada paciente.
artroscopia
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Rotura de menisco.
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Rotura de ligamentos cruzados, tanto el anterior como el posterior.
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Rotura de la membrana sinovial.
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Desplazamiento de la rótula.
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Ciertas fracturas óseas.
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Quiste de Baker.
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Extracción de pequeños trozos de un cartílago roto.
En la mayoría de los casos este tipo de cirugía es ambulatoria y no suele requerir más de 24-48 horas de hospitalización. Además de los riesgos propios de la anestesia y los propios de cualquier intervención quirúrgica (infección y sangrado de la herida), la artroscopia de rodilla tiene otros que le son propios, como es la posibilidad de que resulte dañada alguna parte de la articulación (cartílago, meniscos o ligamentos), que se forme un coágulo de sangre en el interior de la misma, que se rompa un caso sanguíneo o que después de haberla realizado se produzca la rigidez de la rodilla.
Tras la artroscopia se coloca al paciente un vendaje compresivo en la rodilla y es posible que se le recomienda utilizar muletas durante los primeros días, o más tiempo si la lesión a sido grave y ha sido necesario reconstruir alguna parte de la rodilla. En los procedimientos más simples se suele recomendar la aplicación de frío sobre la articulación y la movilización temprana mediante una serie de ejercicios que se indican al paciente antes de salir del hospital.
El tiempo de recuperación total dependerá del tipo de lesión y de la gravedad de la misma, desde apenas unos días o varias semanas e incluso meses. La fisioterapia y la electroestimulación forman parte del proceso de rehabilitación.