Aunque lo normal es que el flujo menstrual se produzca durante un periodo de dos a cuatro días, puede llegar incluso a siete. Pero siempre de forma continua y durante la fase de la menstruación. Sin embargo, es posible que algunas mujeres sufran pérdidas de sangre fuera de estos días.
Es lo que se denomina sangrado intermenstrual y debe ser motivo de consulta con el ginecólogo, pues aunque en la mayoría de los casos está originado por cambios anatómicos de carácter benigno o alteraciones hormonales, en otros puede ser un síntoma de patologías más graves. Hay que tener en cuenta que las mujeres que sufren este tipo de sangrado anormal tienen 10% más de riesgo de sufrir un cáncer que aquéllas que no lo tienen.
sangrado intermenstrual
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Miomas o pólipos uterinos.
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Pólipos en la cérvix.
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Alteraciones del equilibrio hormonal.
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Cervicitis (inflamación o infección del cuello uterino).
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Uso de un dispositivo intrauterino (DIU) como método anticonceptivo.
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Inicio o suspensión de tratamientos anticonceptivos orales con hormonas.
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Haberse practicado un legrado o raspado uterino.
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Haberse producido un embarazo.
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Aborto espontáneo.
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Embarazo ectópico.
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ras complicaciones del embarazo.
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Lesiones vaginales, tales como verrugas genitales, pólipos, venas varicosas o infecciones de transmisión sexual.
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Sequedad vaginal.
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Trastornos de tiroides (baja actividad glandular).
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Lesiones precancerosas.
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Cáncer de útero, cuello uterino y, aunque muy raramente, de las trompas de Falopio.
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Estrés.
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Biopsia u otros procedimientos en el cuello uterino o el endometrio.
La mayoría de estos problemas no revisten importancia clínica y son fácilmente tratables pero habrá que descartar que la causa del sangrado intermenstrual no sea una patología más seria. De hecho, si el sangrado se produce también al mantener relaciones sexuales o es muy abundante es un signo de sospecha de que pudiera existir un cáncer o una lesión precancerosa.
La colposcopia, la ecografía, la ecografía transvaginal y la histerosonografía facilitarán el establecimiento de un diagnóstico diferencial preciso, detectando cualquier lesión que pueda existir tanto el cuello cervical como el útero.
Qué hacer ante el sangrado intermenstrual
Es importe comprobar que el sangrado intermenstrual procede realmente de la vagina y no del recto o de la uretra. Para ello basta con insertar un tampón en la cavidad vaginal. Una vez confirmado que el sangrado es de origen vaginal debe solicitarse una consulta con el ginecólogo, sin esperar a que se deje de manchar. Es importante tener en cuenta que este problema puede generar también una anemia crónica y dolor pélvico, además de ser un obstáculo para el desarrollo de la actividad profesional y social.