Las manchas en la piel aparecen generalmente por la exposición al sol, la edad, cambios hormonales (embarazo y menopausia), enfermedades endocrinas y el uso de ciertos medicamentos.
Hay diferentes tipos de manchas en la piel:
- Manchas blancas: carecen de pigmentación (son más claras que el resto de la piel), como consecuencia de que los melanocitos no producen la melanina necesaria. Estas manchas de la piel no pueden eliminarse y el maquillaje es el único medio de reducir su visibilidad.
- Léntigos o manchas solares: Se producen más melanocitos de lo normal y por esta razón las manchas son oscuras, uniformes, de bordes bien definidos y pequeñas, y aparecen habitualmente en la cara, escote y manos, por ser las zonas más expuestas al sol durante todo el año, aunque la edad también puede ser considerado como agente causal. Estas manchas de la piel pueden eliminarse con láser (preferiblemente el láser Alejandrita), ya que su energía es absorbida por los pigmentos de la piel, que se queman y de este modo se destruyen. También cabe utilizar cremas despigmentantes (se venden en farmacias), aunque para que el método sea eficaz es necesaria mucha constancia.
- Melasmas o manchas del embarazo: son causadas por los cambios hormononales propios del embarazo, si bien el uso de anticoncepetivos orales y la menopausia también pueden favorecer su aparición. Son grandes y empeoran con la exposición al sol. En el caso de estas manchas de la piel el tratamiento más eficaz es el denominado Amelán, que consta de dos fases. La primera debe realizarse en la consulta del dermatólogo y consiste en la aplicación de una mascarilla. Posteriormente, en el propio domicilio debe aplicarse diariamente una crema despigmentante especial sobre las manchas durante un periodo de al menos un año. Tiene una efectividad del 90%.