Sedentarismo e ingesta excesiva o inadecuada de alimentos, son las causas más comunes de sobrepeso u obesidad, donde obviamente habrá que descartar etiologías endógenas. No obstante, el estrés emocional - esa ansiedad desproporcionada e inoportuna- es uno de los estímulos nocivos más relevantes, porque nos induce a excedernos en la comodidad del descanso o en el placer de la mesa.
El primitivo instinto de supervivencia y autorecompensa, reside básicamente en la comida. Y el desplacer o el agobio, a veces no reconocido pero constante, desequilibra el comportamiento alimentario, impulsándonos a buscar instintiva o emotivamente en la comida, la satisfacción perdida entre las penurias cotidianas: Importante factor a considerar, en el tratamiento de un paciente con exceso de peso de cualquier edad.
Desde la delgadez extrema hasta la obesidad mórbida, atravesando una zona media de equilibrio, existen diversos grados de alteraciones ponderales, las cuales repercutirán en mayor o menor grado en la salud personal, en el estilo de vida profesional y familiar o finalmente en sobrecarga asistencial y económica sociales.
Por tanto, un hambre desmedida o "ansia de picar" incontrolada, nunca es motivo de desatención o menosprecio, pues esos desajustes de actitud, al fin y al cabo disfunciones hipotalámicas y neurohormonales, portan una espoleta retardada de serias consecuencias.
Los pequeños excesos crónicos en la comida y bebida, son más importantes que una accidental hipernutrición, pues producen de modo imperceptible, un aumento progresivo de peso, el cual súbitamente un día, sorprende por sus signos ésteticos inconfortables o con síntomas o padecimientos manifiestos.
No debemos esperar a la obesidad manifiesta para insistir en una alimentación atractiva y equilibrada. Es conveniente hacerlo siempre, y más, ante una tendencia al sobrepeso.
Las consecuencias clínicas de este aporte excesivo de alimentos, crecen sin cesar en España. En USA representan el mayor problema sanitario, como causa de diabetes tipo II, hipertensión, dislipemias, lesiones cardiovasculares, origen de unas 300.000 muertes anuales y de un gasto anual de 30 billones de dólares.
Estas razones de peso, más otros factores de riesgo, son las que nos deben hacer insistir en neutralizar el estrés y crear un coherente comportamiento alimentario, tanto por parte del segmento científico, como del industrial o de la Administración.
Consecuencias clínicas
- Trastornos cardiocirculatorios y dislipemias
- Artrosis, lumbalgias, sobrecargas vertebrales
- Disfunción hepática y biliar
- Diabetes tipo II
- Gota
- Arteriosclerosis
- Bajo rendimiento físico y psíquico
- Recuperaciones lentas
- Envejecimiento prematuro