El magnesio ayuda a construir el sistema óseo, a fabricar proteínas, a facilitar la utilización de energía almacenada en los músculos y a regular la temperatura del cuerpo.
En la editorial de Neurona en (diciembre 2004) investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) comunican un importante papel en la bioquímica humana del magnesio: mantener en buen nivel la memoria en edades medias de la vida y posteriores.
Las necesidades diarias del adulto, mineral que se encuentra en pequeñas cantidades en verduras de hoja verde, es de unos 400 Mg diarios. Deficiencias de magnesio están relacionadas con alergias, asma, falta de atención, ansiedad, alteraciones cardíacas calambres musculares y otros síntomas de alteraciones orgánicas.
"El magnesio es el portero que abre con precisión, rapidez o lentitud las conexiones entre las neuronas"
El profesor Guaosong Liu e Inna Slutsky, del MIT y en el Centro de Aprendizaje y Memoria, descubrieron que el magnesio ayuda a regular el núcleo clave del cerebro responsable de el aprendizaje y la memoria. Sus trabajos evidencian que un déficit de magnesio puede conducir a un claro descenso de memoria y dificultad de aprendizaje, mientras que el aporte de magnesio puede ayudar a esas funciones.
Sus conclusiones son definitorias: “Nuestros estudios indican que el mantener cantidades oportunas de magnesio en el líquido cefaloraquídeo – el líquido que rodea la médula espinal – es esencial para mantener (activas) las conexiones nerviosas”. Una alimentación deficiente en hortalizas de hoja verde y otras fuentes alimentarias ricas en magnesio, favorece la pérdida de memoria.
Plasticidad es la facilidad del cerebro a provocar o adaptarse a cambios de estímulos nerviosos. Es la clave para poder aprender o recordar. Una buena plasticidad depende de los enlaces o conexiones (sinapsis) entre las células del cerebro (neuronas). El buen funcionamiento de estas sinapsis es importantísimo para una buena transmisión (recepción y emisión) del sistema nervioso en general y del cerebro en particular.
A partir de la mediana edad, se pueden iniciar dificultades bioquímicas en esos enlaces, lo cual ocasiona deficiencia de trasmisión en la corriente de información, interferencias similares a las de un mala conexión de una antena. No obstante el simple cuidado nutricional prolonga -en algunos casos asombrosamente- la conservación e incluso el desarrollo de las facultades mentales.
Y el magnesio es el portero que abre con precisión, rapidez o lentitud esas conexiones entre las neuronas, el responsable en gran parte de la fisiología de la transmisión nerviosa, junto al potasio. Su aporte mejora la calidad de esa transmisión de la memoria, como el cambiar la recepción deficiente de una vieja radio a una de alta fidelidad. Significa que un aporte de magnesio mejora velocidad y calidad de la información que llega al cerebro, tanto para su almacenamiento como su transformación en ideas y pensamientos diversos.
“Aumentando la concentración de magnesio se mejora la percepción y el filtrado de estímulos irritantes (ruído o interferencia), resultados jamás comunicados por ningún otro trabajo científico”, comenta el profesor Liu.